jueves, 5 de febrero de 2009

El efecto boomerang


Como muchos otros niños de los ochenta, yo crecí con los dibujos de Willy Fog.

Pero mi madre, como la mayoría de las madres, estilaba más el referente de Poppeye. Me endosaba delante del televisor a ver esa soporífera serie de argumento simplista (la clásica trama de la"damisela en apuros": mujer chillona es secuestrada por marinero barbudo y gordo. La mujer chillona, a fuerza de romperle el tímpano al espectador, consigue llamar la atención de su novio, un marinero calbito más feo que el primero, -que ¡seguro! en la vida real precisaría un audífono por culpa de las malas costumbres de su "chati". Cuando niña me preguntaba por qué Olivia nunca se quedaba afónica... ¿Acaso era una extraterrestre con una potencia de voz extrasensorial? Pero claro, la serie era en dibujos animados... - El calbo, acude en su rescate tras engullir una lata de espinacas. La chica gritona y el feo feísimo se besan, Fin). Poppeye era un serial inventado para que, niños con encefalograma plano se convirtieran en mini fans de las verduras mientras sus maravilladas madres alababan al creador de ese heroe zampa espinacas.

Mi madre me ponía un capítulo de Poppeye las tardes que preparaba espinacas para cenar (siempre fue un poco ilusa), pero yo desde renacuaja, cuando miraba el plato de espinacas solo veía una cosa: mi amado Willy Fog y un pasaje directo para escapar del infierno de las verduras. Soñaba con dar la vuelta al mundo en ochenta días y mandar a paseo a mi madre, a Poppeye y a sus dichosas espinacas. Odiaba a Olivia más que nada en el mundo, porque era una inútil con más nariz que cara que tenía una voz de pito insufrible. 

Por otra parte, yo siempre he sido de llevarle la contraria a mi madre. Posiblemente mis hábitos culinarios se extenderían más allá del "menú infantil" si mi madre no me hubiera obligado a comer vegetales. ¿Es posible que, en una vida paralela donde los niños odian las chuches, y esconden sardinas y coles bajo las almohadas cuando hay espaguettis de cena, yo sea vegetariana?

Mi madre no deja de decirme eso de "¡Ojalá tus hijos sean como tú!". Yo me lo tomo como un cumplido, pero, como últimamente he estado viendo esa serie del satélite "Me llamo Earl", empiezo a creer en el karma, y en el movimiento cíclico de los acontecimientos. (Yo lo llamo "el efecto boomerang"). En resumen... ¿y si mis hijos son como yo? hasta aquí todo correcto pero, ¿y si yo soy como mi madre? 

Besos, 

La srta. Poppins

No hay comentarios:

Publicar un comentario